Crónica de la jornada de pajareo y reflexión sobre los embalses (2-2-2020)


Cormoranes, ánades reales, fochas, gaviotas… todos ellos esperaban la llegada de los aventureros de la Odisea de Tetuán apostados en una hilera de rocas sobre las aguas del embalse de Pedrezuela, a una distancia prudencial de pescadores y canoas. Como nosotros no quisimos defraudarles, fuimos más numerosos que nunca, concretamente 23 personas.


Las horas se nos pasaron volando tras el telescopio y los prismáticos, y dedicamos un buen rato en nuestra primera parada identificando aves. Especialmente complicado fue localizar al escurridizo somormujo lavanco, pues enseguida desaparecía de la visión del telescopio. Mientras tanto, un cernícalo paseaba sus alas a unos pocos metros, aleteando compulsivamente en busca de la merienda.

La segunda parada nos sirvió para quitarnos la espinita que se nos clavó tras la primera. En un recoveco del pantano, se escondía una lengua de aguas tranquilas, que fue el espacio escogido por una gran bandada de somormujos lavancos. Tras colocar certeramente el telescopio, pudimos observarlos a placer a una corta distancia. Lucían un plumaje blanco y negro, y sus largos cuellos nos recordaban a los del cisne. Sin embargo, uno de ellos desentonaba entre los demás, aunque, lejos de ser el patito feo, era un juvenil que aún no había mudado por completo su plumaje al que corresponde al período adulto.


Volvimos a echar a andar, y tras echar un vistazo al pantano tomamos una decisión de la que luego nos arrepentiríamos. Nuestro plan era hacer una parada para comer y continuar hasta bordear toda la superficie del embalse. Con la tripa llena, nos pusimos en marcha, al principio por un fácil sendero, pero pronto tuvimos que cruzar un frondoso bosque de encinas. Ya se nos hacía extraño tener que apartar tanta rama por lo que supuestamente debía ser un camino despejado, pero nos terminó de convencer una enorme entrada de agua que nos habría llevado varias horas recorrer. No hubo duda en dar la vuelta, y aunque en el tramo de tupidas encinas ya hubo quien se preparaba para hacer noche, no tardamos mucho en estar de vuelta, sanos y salvos y recordando entre risas la jugada, en los coches.


Hasta aquí la crónica, un abrazo a todos los participantes y gracias por la bonita jornada, para la próxima ¡más y mejor!


Como pensamos que es importante aprovechar la visita al máximo, a continuación, una reflexión sobre los embalses, en particular el embalse de Pedrezuela, originalmente llamado el Vellón.

El embalse de Pedrezuela fue terminado de construir en 1967 por el Canal de Isabel II, aprovechando las aguas del río Guadalix-Miraflores. Agua que conduce, mediante una serie de canales, hacia la capital, ya que su principal función es el abastecimiento de este recurso a Madrid.

Este embalse es uno más de los centenares que se construyeron en toda la península durante el siglo XX. La construcción de grandes presas es una de las iniciativas modernizadoras llevadas a cabo por el Estado en las que poco ha influido el gobierno del momento. Así, se ha mantenido durante la dictadura de Primo de Rivera, pasando por la II República, el franquismo y hasta el parlamentarismo actual. De hecho, España es el 5º país a nivel mundial con mayor cantidad de grandes embalses, y el 1º de la Unión Europea, con 1225.

La razón que se esgrime para efectuar este tipo de proyectos es el aumento de la oferta de recursos hídricos, la generación de energía hidroeléctrica o el regadío de tierras agrícolas.
Sin embargo, no es oro todo lo que reluce, y erigir un pantano origina una serie de perjuicios que merece la pena tener en cuenta. En primer lugar, engulle bajo sus aguas pueblos enteros, con el consiguiente desarraigo, pérdida cultural y material que supone para sus antiguos pobladores. Hay quien calcula que han hecho desaparecer en el Estado español a unos 500 pueblos, y 50.000 personas se han visto en la necesidad de desplazarse de su hogar. Los molinos de el Vellón y de la Hoz, sepultados bajo el embalse de Pedrezuela, dan testimonio de ello.

Además, se puede responsabilizar a estas inmensas construcciones parte del deterioro sufrido en los últimos años por nuestros ríos. El volumen y curso de los mismos nunca será igual, y habrá especies, antaño copiosas, que jamás retornarán a ellos. El salmón, la lamprea o la anguila son hoy consideradas auténticos manjares, cuando hace no tantos años era común su presencia en ríos incluso de ínfimo caudal. De hecho, son muchos quienes aún se acuerdan de cómo se pescaban anguilas en sus pueblos usando nada más que las manos, en una manifestación de abundancia hoy en día inimaginable.

La destrucción que produce en las tierras que anega no es tampoco nada desdeñable. Bosques o vegas fértiles como las que hubo antes del pantano de Pedrezuela no podrán ser nunca recuperadas. Es paradigmático el caso del pantano del Ebro, construido en 1946 y que ocupó lo que hasta entonces se conocía como la “Pampa campurriana”. Aún hoy se conservan canciones que lamentan el desgraciado devenir de la riqueza del mencionado territorio.

Por no extendernos más en lo nocivo de su existencia, sencillamente señalar que son también causa de la emisión de grandes cantidades de CO2 y metano a la atmósfera debido a la biomasa sepultada que entra en descomposición, además de ser un lugar propicio para la proliferación de enfermedades, e incluso se han registrado temblores en las tierras donde se han instalado.

Es bastante discutible su efectividad como fuente energética, puesto que sólo el 2,5% de la energía consumida en el Estado español es de procedencia hidráulica. También es más que criticable el enorme suministro que hoy se destina a la agricultura, antaño practicada únicamente en lugares propicios, y a menor escala porque la participación humana era mucho mayor. Hoy, al contrario que entonces, muchas tierras de tradición de secano se dedican al regadío, y terrenos propicios para el cultivo con riego son sepultados bajo asfalto y edificaciones innecesarias. Ahí están los casos de la Huerta de Murcia, Valencia o Alicante.

Por último, referirnos al abastecimiento de agua a las grandes urbes. Desde que Felipe II estableció la Corte Real en Madrid en la segunda mitad del siglo XVI, el agua ha sido un problema para la capital. Entonces se dependía de manantiales ajenos o de la excavación de pozos, y más adelante dio lugar a un oficio que hoy nos resulta extraño: el de aguador. Pese a los avances tecnológicos, Madrid, con una población creciente, no hace sino perpetuar el problema y, aparte de los embalses, en 2009 tomó por primera vez agua del Tajo, y proyecta explotar un enorme acuífero situado bajo la Comunidad de Guadalajara.

Llegados a este punto, es necesario cuestionarse si la urbanización masiva de la población ha sido algo natural y si es legítimo la apropiación de este recurso por parte de la capital a expensas de los pueblos, aldeas y pequeñas ciudades a las que perteneció en origen.

Acerca de lo primero, la propia construcción de embalses ya ha producido un desplazamiento masivo de personas a las que habría que preguntar si están de acuerdo con el abandono de sus hogares para este fin. Pero no solo eso, el proceso urbanizador también puede achacarse a un deterioro progresivo de las condiciones del medio rural, llevadas a cabo desde bastantes años atrás. Por citar algunos, mencionaremos la desamortización de los terrenos y medios productivos comunales, antiguamente gestionados de manera asamblearia por el común de vecinos sin mediación institucional; la desarticulación de concejos y formas de autonomía política en el seno del municipio, intercambiando el papel que ejercía el vecindario reunido (una vez más) en asamblea, por el de formas de gobierno municipal jerárquicas a las órdenes de la capital; o el derrumbe de la comunidad, debido a la promoción del individualismo, a la burla y adoctrinamiento forzoso para la creación de vergüenza de sí mismos, al reclutamiento obligatorio para operaciones bélicas, a la prohibición de tradiciones populares, etc. Todo ello llevado a cabo por el Estado bajo sus diferentes manifestaciones.

En cuanto a lo segundo, dada la desertificación y expolio que se produce en aquellos municipios de que es tomada el agua, queda poco espacio para la legitimidad.

Es más, aun poseyendo el Estado español la mayor cantidad de embalses per cápita de todo el mundo, el abastecimiento se ve comprometido cada vez que hay un descenso en las precipitaciones. Es de esperar que, si la sequía sigue su curso, los embalses no sean medida eficaz para paliar la escasez de agua.

¿No sería entonces más apropiado atajar el problema desde otra perspectiva? En este sentido, nos sentimos bastante cercanos al que es llamado “proyecto Arrendajo”, que se propone reforestar la península Ibérica con especies autóctonas para librarla del desierto en que amenaza en convertirse. Los árboles, además de aplacar el efecto deshidratador que el sol canicular ejerce sobre la tierra, liberan humedad a la atmósfera (en diferente cantidad dependiendo de la especie), y son capaces de extraer el cada día más preciado elemento hídrico de capas muy profundas del suelo, gracias a sus potentes raíces.

Como demostración de esta necesaria consecuencia, os enlazamos un impactante documental del fotógrafo brasileño Sebastião Salgado, “la sal de la tierra”. En él decide reforestar el entonces desértico terreno que fue un bosque bien arbolado durante su infancia. A él volvieron los manantiales y las lluvias, así como una abundante fauna que hacía mucho que había desaparecido.

https://powvldeo.cc/1en8h9jv0u6u (la temática del documental no es la reforestación únicamente, pero hay fragmentos de lo que mencionamos a lo largo de varias partes del mismo).

Día de pajareo: aves acuáticas






















¡Amigos y amigas de la Odisea de Tetuán!

Esperamos que hayáis disfrutado de las navidades y que hayáis tenido un gran inicio de año 2020, y os proponemos cerrar por todo lo alto el primer mes del año.

Después de un otoño de setas y castañas estamos deseando ir a ver algo que se mueva, así que el próximo domingo 2 de febrero cargaremos nuestros prismáticos y pondremos rumbo al embalse de Pedrezuela. Allí pasaremos el día viendo cormoranes, ánades, garzas, petirrojos…, vamos, pájaros. Además, nos daremos un buen paseo por el embalse, y terminaremos la jornada con una, ya tradicional, comilona.

Quedaremos en plaza Castilla, frente al depósito de agua a las 8:30. Acuérdate de traer calzado y ropa de monte, comida y agua. Si tienes, tráete también tus prismáticos o telescopio y tu guía de campo.
Mándanos un correo a odiseatetuan@gmail.com para confirmar tu asistencia, indicando si dispones de vehículo para llegar y así poder organizarnos. El último día para confirmar es el jueves 30 de enero. Como siempre, la salida es gratuita.

¡No te lo pierdas!

Crónica jornadas recolectoras: setas y castañas (9/17-11-2019)

En nuestras dos últimas excursiones, cesta recolectora en ristre, de nada sirvieron el frío y la nieve para intimidarnos, y acudimos sin titubeos a la recogida de los deliciosos frutos que nos brinda el bosque.


Primero fueron las setas, que descansaban entre escarcha en un pinar sobre un tapiz de nieve. No nos vamos a engañar, llegamos un poco tarde: los pies de muchas setas estaban ya tan duros como nuestras navajas, pero… ¡mirad qué vistas!


Aun así, no nos pudimos quejar, recogimos varias cestas bien cargadas de níscalos, que fueron los protagonistas principales de más de un guiso. Además, no podía faltar la seta de los enanitos, la Amanita muscaria, siempre tan llamativa y reluciente.




Fue una semana después cuando recogimos las castañas, dentro de un impresionante otoño brumoso, de laderas parcheadas en múltiples colores y un infatigable vaho que nos perseguía en cada una de nuestras conversaciones.


Como la semana anterior, la jornada terminó en la plaza del pueblo, devorando la comida que entre todos compartimos.

Fueron unas cuantas las caras nuevas y muchos los buenos ratos, así que ya sabéis: estad atentos a nuevas convocatorias y ¡no os las perdáis!

¡No os perdáis la castañada!






















¡Amigos y amigas de la Odisea de Tetuán!

La recogida de setas de este año ha sido muy fructífera, se llenaron todas las cestas llevadas y quien no sabía de setas se fue con la lección bien aprendida.
¡No os la perdáis para el año que viene!

Las lluvias hacen del otoño la estación recolectora por excelencia, ya que el agua hace brotar por todos lados hierbas y frutos silvestres.

Y es por ello por lo que nos volvemos a poner las botas con la Odisea de Tetuán para otra excursión recolectora. Esta vez, y como os dijimos, para ir a por castañas, ese fruto tan imprescindible para esos días de frío seco, y que tanto se usaba hasta hace no tanto.
Iremos a un castañar majestuoso en la provincia de Toledo.

Será el próximo domingo 17 de noviembre, saliendo a las 8:00 de Plaza Castilla con Mateo Inurria.
Avisadnos si venís con coche y con plazas libres o si las necesitais, para así poder organizar los vehículos. Necesitamos que nos confirméis asistencia antes del jueves 14 de noviembre.

No olvidéis traeros el rico bocata, botas, y una bolsa para guardar las castañas.

¡Nos vemos en el Castañar!

Jornada de recolección de setas






















Amigos y amigas de la Odisea de Tetuán!


El próximo sábado 9 de noviembre volvemos a marchar de excursión desde el barrio, esta vez a Guadalajara, con mimbre y navaja en mano, ya que iremos de recolección silvestre, a por setas!

Si nunca habéis ido a por setas, este es un buen momento, y si sí que lo habéis hecho, también lo es para compartir lo sabido con el resto.

Saldremos a las 8:00 de la rotonda de Plaza de Castilla con Mateo Inurria.
Avisadnos si venís con coche y plazas libres o si las necesitais, para así poder organizar los vehículos.

Necesitamos que nos confirméis asistencia antes del jueves 7 de noviembre.
No olvidéis traer una cesta con agujeros, navaja y buen calzado.

¡Nos vemos entre pinares y níscalos!

Pd. Permaneced atentos a las convocatorias, que pronto mandaremos la próxima, también recolectora, al castañar!


Crónica - Cañón del Río Lobos (13/7/19)


En esta ocasión fueron 10 los valientes que abandonaron Tetuán el 13 de julio para embarcarse en una aventura que les llevaría a recorrer el Cañón del Río Lobos.



Enormes muros calizos albergan buitres de ceño torvo que, orgullosos de su propia sombra, escudriñan los pasos del forastero.
Un sendero brota de entre la roca horadada, y a él acudieron los visitantes, que espolearon sus piernas decididos a admirar, embelesados, la belleza kárstica con que el paisaje les dio la bienvenida.






Allí, de repente, la ermita de San Bartolomé se erige firme y altiva, en un contraste armónico entre el dominio de la naturaleza, indomable, y el genio de los remotos hombres que la poblaron.



Retrocediendo aún más en el tiempo, una gruta se abre ofreciendo cobijo a quienes la hicieron su morada, adornando sus paredes de alegrías y temores. Quien se detiene atento en su interior, aún escucha el eco de sus voces retumbando en el ambiente, mezclándose y confundiéndose con las de sus sucesores lejanos.



La jornada finalizó con un chapuzón que dio reposo a sus piernas, agarrotadas pero satisfechas, agradecidas por la compañía y los buenos ratos vividos.

¡Nos vemos en la próxima, excursionistas!

Excursión al Cañón del Río Lobos























La Odisea de Tetuán va a realizar su segunda salida para hacer una excursión clásica en la provincia de Soria. El día 13 de julio iremos a Ucero para hacer un tramo del Cañón del río Lobos ida y vuelta, después de una excursión bonita en medio del parque natural. Debido al calor propio de Julio, iremos a la playa natural de San Esteban de Gormaz a refrescarnos. Para los que puedan quedarse a dormir reservaremos en el Camping del Cañón del Río Lobos y al día siguiente, el 14 de julio, haremos una ruta circular desde Vinuesa al Pico Urbión pasando por la Laguna Negra, después iremos a alguna otra piscina natural de las que hay en torno a Vinuesa (http://www.campingriolobos.es/2017/07/06/piscinas-naturales-en-soria/).

Ambas rutas son de dificultad media, la primera es una suave pendiente de subida en la ida, la dificultad la pone la distancia que en cualquier caso podemos alargar o acortar al gusto del grupo, como mucho llegaríamos al Puente de Siete Ojos lo que en total serían unos 20 kilómetros (https://www.cañondelriolobos.com/documentos/senda-rio.pdf). La segunda tiene una distancia de unos 13 kilómetros, la dificultad la ponen los 580 metros de desnivel (http://senderosalmariya.blogspot.com/2014/10/3-ruta-laguna-negra-y-subida-al-pico.html). Ambas suponen algo más de 5 horas.

Hay que llevar un calzado y ropa cómodos, preferiblemente botas para proteger los tobillos, agua, quizás un litro y medio es lo prudente, aunque hay fuentes en el camino, comida para la excursión, protección para el sol, sombreros, cremas…, y bañador y toalla para después. Los que se queden el día siguiente además lo necesario para dormir y algo más de comida y ropa.

La quedada será en Cuatro Caminos a las 7:30 para llegar a alguno de los parking del parque en torno a las 10:00 (https://www.cañondelriolobos.com/documentos/plano-ca%C3%B1on-rio-lobos.jpg). Confirmad la asistencia al correo odiseatetuan@gmail.com indicando si podéis llevar vehículos para organizar el viaje, si podréis ir un día o quedaros los dos, y en este último caso si tenéis tienda o tiendas y qué preferencias y necesidades tenéis para el camping (http://www.campingriolobos.es/tarifas-camping-soria-rio-lobos/). 
El día 9 de Julio como muy tarde debemos cerrar la inscripción para poder organizar el viaje

¡Nos vemos en la montaña!.

Crónica y reflexión - La Huerta de Clarita (8/6/19)

El pasado sábado 8 de junio, un grupo de 15 intrépidos aventureros pusimos rumbo hacia Villa del Prado para conocer a los dos afables hortelanos cuyo sudor y cuyas manos dan forma a una despampanante finca conocida como “la Huerta de Clarita”.  
Allí nos recibieron Clarita y Francisco, que estaban en plena faena, y nos indicaron cuál sería nuestra tarea para ganarnos el almuerzo, ya que como buenos campesinos saben que no hay pan sin esfuerzo.

El susto pasó rápido, pues unas risas en buena compañía siempre hacen el trabajo más llevadero, y unos puerros que pedían paso suspiraron aliviados cuando se retiró la hierba a su alrededor.

A continuación se nos acercó Clarita, que con su carisma y buen humor nos ganó enseguida y no le costó unirse al cachondeo. Nos acompañó a un paseo por toda su finca, y nos mostró sus distintos métodos para reducir en tratamientos, fundamentalmente basados en la asociación. La cebolla es uno de sus mejores aliados, y no duda en mezclarla con casi cualquier cultivo, para que éste último se beneficie del azufre que la primera despide de manera natural, librándole de enfermedades y ahorrando al agricultor sulfatar el cultivo. El tagete es otra planta a tener en cuenta, ya que la araña roja, plaga que suele afectar a cultivos como el tomate, prefiere colonizarla a ella cuando se encuentra a poca distancia de estos, para alegría de los amantes del gazpacho. 


La visita continuó con los frutales, los cerdos vietnamitas y las innumerables gallinas que escrutaban a los forasteros en busca de manos generosas de alimento. 


Finalmente, conocimos a las ovejas que pastan por el lugar, aunque la mayoría no fueron demasiado cálidas en el recibimiento, sospechamos que huyeron ruborizadas porque acababan de esquilarlas. Sin embargo, un corderillo que hubiera despertado la ternura en el mismísimo Ulises se acercó a darnos la bienvenida para ser recibido entre abrazos y caricias. 


La presencia de animales es fundamental para una agricultura que busque independizarse de tratamientos industriales, gracias a sus labores de desbroce, a su aporte de estiércol y a que pueden completar su alimentación con los productos de la huerta que no son comercializables. De esta manera, se aprovecha todo y no se generan residuos, porque como decía John Seymour: “En la finca autosuficiente no se desperdicia nada. El basurero no debería pasar nunca”. Además, los alimentos que proporcionan son de una calidad que haría soñar a cualquier cliente del Mercadona.
Para rematar la mañana, disfrutamos de una comida que prepararon nuestros anfitriones, y continuamos la jornada entre carcajadas.

Cuando nuestros estómagos hubieron reposado lo suficiente, uno de nuestros compañeros marcó el paso al ritmo del pito castellano (no penséis mal, que es un instrumento popular tradicional) hacia el río Alberche. 

Allí, dejamos que sus rápidas y gélidas aguas nos arrastrasen río abajo una y otra vez, hasta que sonó una dulzaina y nos juntamos todos a bailar una danza típica italiana: la Tarantela.



De regreso a la finca, Clarita y Francisco nos tenían preparado un cierre de cinco estrellas, nos volvimos a unir en torno a una mesa para merendar y charlar. Las risas siguieron sucediéndose, pero también conocimos las tristes circunstancias por las que a veces pasa un proyecto de este calibre. Trabajar en el medio rural es hoy más complicado que nunca, debido a una Administración que favorece con ayudas y subvenciones la presencia de cada vez menos agricultores y ganaderos con cada vez más tierras bajo un tipo de explotación cada vez más mecanizada. Esto no es nuevo, las trabas burocráticas no han hecho sino aumentar, y el pequeño productor que se deja la piel y la ilusión se ve cada día más asfixiado por tasas y controles que, camuflados bajo pretextos “bienintencionados”, no hacen sino beneficiar al latifundio y acelerar la ya rampante despoblación rural. Más allá de demagógicas campañas políticas que, como siempre, se desgañitan prometiendo previamente a unas elecciones, la realidad golpea al campo con toda su crudeza.

Es necesario tomar conciencia, y apostar por el consumo local y de temporada, pues sólo mediante el contacto con el hortelano local podemos conocer aquello que nos metemos en la boca, ya que los sellos ecológicos que acompañan la verdura del supermercado cada vez nos dicen menos. Además, estaremos ayudando a quienes, desde la modestia, buscan vivir del campo sin recurrir a la agroindustria, de la que ya atisbamos los efectos de su enorme destructividad. Así, sentiremos también que nuestras tierras son un poco más nuestras, y que no pertenecen a los burócratas de turno que dan órdenes desde su sillón en Bruselas. Necesitamos tomar responsabilidades con la confianza puesta en la gente común y no en las instituciones, que ya han tenido suficientes oportunidades y han respondido con abandono.

A pesar de todo ello, “la Huerta de Clarita” es un auténtico ejemplo de que con pasión, esfuerzo, perseverancia y espíritu positivo es posible vivir de la tierra. Esta pareja de hortelanos son una referencia para todos quienes pretenden recuperar estos oficios cada vez más en desuso que, por otra parte, serán progresivamente más necesarios en el futuro (y lo son en el presente).

Desde “la Odisea de Tetuán” queremos agradecer la hospitalidad y la alegría de Clarita y Francisco, y decirles que si nos vuelven a invitar ¡no nos lo perderemos!

Un abrazo a todos los participantes, nos vemos en la próxima.

Excursión a "la Huerta de Clarita"






















Amigos y amigas de la Odisea de Tetuán, id sacando las botas del armario y reservad algo de energía porque os tenemos preparada una visita muy especial.
El próximo sábado 8 de junio acompáñanos a conocer “la huerta de Clarita”, una exuberante finca repleta de huertas, animales y árboles frutales cultivada por las manos de una pareja de simpáticos y hospitalarios hortelanos: Clarita y Francisco.

Este espacio, situado en Villa del Prado, es testigo de un potente conocimiento ancestral que allí se sigue practicando, centrado en la asociación de plantas mutuamente beneficiosas para favorecer a los cultivos y ahorrar en tratamientos.
Esto, junto a las nuevas técnicas que han ido desarrollando, les permite ser un ejemplo para todo agricultor que aspire a prescindir de las prácticas agrícolas modernas, tan dañinas, basadas en fitotóxicos y abonos químicos.
Si te apetece pasar un día en el campo o tienes un huerto y muchas dudas, la huerta de Clarita es la ocasión idónea para resolverlo.

Trae ropa y calzado adecuado para un día soleado, pues les ayudaremos un rato en la huerta antes de disfrutar de la rica comida campestre que nos tendrán preparada. Acuérdate de llevar contigo un bañador para pegarnos luego un buen chapuzón.
Quedaremos a las 8 de la mañana en la rotonda de Cuatro Caminos, por favor confirmad asistencia al siguiente correo: odiseatetuan@gmail.com indicando si disponéis de vehículo, como tarde 3 días antes para organizar los coches.
Hora de vuelta aproximada: 21:00.

¡Nos vemos entre matas de habas y flores de amapola!


Presentación de "La Odisea de Tetuán"


La ciudad y sus frenéticos ritmos cotidianos suelen ser un obstáculo que nos impide disfrutar de la belleza que nos rodea. Con el fin de desvelar la riqueza natural, artística, histórica y cultural con que Madrid y sus alrededores cuentan, nace el grupo excursionista “La Odisea de Tetuán”.

En contraposición con el acto turístico, consumista en lo visual, irreflexivo, predecible y repetitivo, nuestro objetivo es fomentar el conocimiento a partir del pensamiento y la práctica, para ser capaces de sacar conclusiones que pudieran servir de lecciones para algún momento de nuestra vida. Todo ello bajo un clima de convivencia y respeto, donde lo más importante son las personas con quienes compartimos la experiencia.

Te invitamos a que te vengas a nuestras jornadas, donde disfrutarás de buena compañía, con una propuesta de actividades muy variada: rutas de montaña, salidas culturales y artísticas, visitas a proyectos de repoblación rural, jornadas de recolección (setas, castañas, etc.) … Y, en definitiva, todo lo que se te ocurra, pues cualquiera puede hacer propuestas y participar en su organización.

Las excursiones son completamente gratuitas, aparte del gasto en combustible y comida.

No dudéis en preguntarnos si tenéis cualquier duda al siguiente correo electrónico: odiseatetuan@gmail.com
Estad atentos a próximas convocatorias, ¡os esperamos!